jueves, 19 de marzo de 2020

Ciencia y misterio


A medida que avanzan estos días de obligado encierro, veo que también avanzan las voces y artículos de científicos con predicciones, progresiones matemáticas, físicas e incluso los que en mitad de una situación tan excepcional y tan dura, en la que nos hemos tenido que aislar de nuestros mayores y personas más vulnerables, se lanzan a decir que todo era evitable. La lectura, que recomiendo, del artículo de Carlos Beorlegui “La cooperación como clave de la selección natural” en la revista electrónica Tendencias 21 del que comparto al final el enlace, me ha animado a llenar parte de mi encierro escribiendo mi opinión al respecto de estas afirmaciones.


Lo primero que me viene a la cabeza tras escuchar y leerles es la falta de oportunidad de tales afirmaciones. Está bien no tratar a la ciudadanía con paternalismos y contar las “verdades”, pero creo que en este momento precisamente, en mi opinión, no sólo no aportan mucho para mejorar o acortar la situación,  creo que adolecen de la empatía más mínima.

Leyendo más detenidamente los artículos y las voces que se manifiestan en este momento en este sentido, me recuerdan a aquello que estudiamos en las escuelas de la “lucha de las especies” y la selección natural de Darwin.  Os acordáis? la supervivencia era la ley del más fuerte, ese era el planteamiento científico, era la “verdad”, se trasladó a la sociología, a la antropología y algunos aún siguen en ese punto.

Al igual que la “verdad” de la supervivencia del “más fuerte” ha evolucionado, las verdades” científicas que estamos leyendo, creo que pueden ser puestas como opiniones más que por verdades, por el mismo motivo que daban los  autores que llamaron  la atención sobre la incorrecta interpretación de la selección natural de Darwin como la supervivencia del más fuerte. Pusieron encima de la mesa que el fundamento de la supervivencia de las especies es la capacidad de adaptación, de colaborar y en el ser humano el altruismo. Es decir, pusieron encima de la mesa otras variables relacionadas con comportamientos impredecibles por su creatividad, especialmente en el ser humano y que fueron olvidadas en la interpretación que se le dio en el siglo XIX, en plena emergencia del capitalismo duro, por eso forma parte de la lógica que se interpretara esa lucha por supervivencia como una feroz lucha por los propios intereses ante escasos recursos y acompañado de otros seres con igual interés en sobrevivir. 

Lo que no tiene lógica es que actualmente algunos científicos se aventuren con sentencias camufladas de verdades, amparadas en el método científico y que acaban siendo interpretaciones particulares, es decir, opiniones que no verdades. Los del siglo XIX y estos parten del mismo error: el  reduccionismo que defiende que el método científico es el único válido para conocer la realidad. Se cierran a la mirada antropológica, psicológica, filosófica de la realidad, la desechan o ignoran, no lo sé, pero la obvian. Lanzan un dogma teórico que no pasa la mínima prueba del algodón al no contar en sus progresiones, porque no pueden o ni se las creen con la variable comportamiento, creatividad o cultura. Pondré un ejemplo facilón ¿Cómo se puede no contemplar  la  variable comportamiento de toda una sociedad, de toda una cultura como la española acostumbrada a vivir en la calle, ante la suposición de que en enero o comienzos de febrero se hubiera limitado el movimiento y confinado a los españoles y españolas a sus casas, sin tener casos de coronavirus? Alguien cree que se hubiera aceptado como ahora?

Sería interesante aprovechar la oportunidad que nos brinda este momento en el que se pone más en evidencia que nunca que para sobrevivir a esta crisis será necesario, como lo ha sido siempre, la capacidad de adaptación, la cooperación, la creatividad,  el altruismo... y  Aprovechar para superar el reduccionismo científico de algunos y avanzar en el conocimiento de la realidad que pasa sin duda por levantar miradas de tu disciplina y, si se quiere aportar algo provechoso, mirar hacia otros lados, otras ciencias sociales y humanas como la antropología, psicología, la sociología, la historia, la filosofía… e incluso, porque no, aprender a pronunciarse desde la ciencia también desde la humildad porque incluso hasta en la ciencia hay misterio.


2 comentarios:

  1. Gracias Lorenzo! esto de tener tiempo para divagar y un blog para expresar, debería estar recomendado para todas.

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